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jueves, 12 de mayo de 2011

COMENT. PAEG

14. ¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, en que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. Así como en la religión la actividad propia de la fantasía humana, de la mente y del corazón humanos, actúa sobre el individuo independientemente de él, es decir, como una actividad extraña, divina o diabólica, así también la actividad del trabajador no es su propia actividad Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo (K. Marx, Manuscritos: Economía y filosofía. Trad. de F. Rubio. Alianza, Madrid, 1986, p. 108).

1-. Sitúa al autor en su contexto histórico.
Marx es un filósofo del s.XIX que intentó hacer del devenir histórico un sistema explicable científicamente, especificando como se evoluciona de una forma de sociedad a otra, hasta acabar la historia con la sociedad comunista, que sustituirá al capitalismo que explota deliberadamente al proletario buscando como único fin la productividad y el beneficio económico.
2-. Tema.
El trabajo en el modelo de producción capitalista es un trabajo alienado, no le pertenece al propio trabajador, sino al empresario capitalista que busca la plusvalía a través del sudor ajeno.
3-. Ideas principales.
-      El proletario está alienado en su trabajo, es decir, el producto de su trabajo no le pertenece y el trabajo como actividad le hace infeliz y desgraciado.
-      El trabajo que debería ser aquello que sirve para autorrealizar al ser humano, se convierte dentro del sistema capitalista, en trabajo forzado, esclavo, donde el empresario capitalista exprime hasta la última gota de sudor del trabajador.
-      El trabajador tiene que trabajar para poder subsistir y no para disfrutar, que es lo que debería ser, y esto se ve a simple vista, como dice Marx, ya que si no estuviese el trabajador coaccionado a trabajar huiría de él como de la peste.
-      El resultado y producto del esfuerzo del trabajador se lo queda otro, el capitalista, que es el que gana sustanciosos beneficios y a cambio le paga un miserable salario al trabajador con el que apenas puede subsistir.
-      El trabajo alienado se puede asimilar al poder de la religión que también es una actividad alienada ya que la religión actúa diseñando una fantasía en la mente del ser humano, una fantasía que no se puede cumplir ni llevar a la práctica; le mete una serie de “pájaros en la cabeza” al proletario intentando calmarle e inmovilizarle.

4-. Relaciona las ideas.

         En este texto de carácter argumentativo, Marx parte de una pregunta, “¿Qué es el trabajo alienado?”, para a continuación intentar contestarla; como primera aproximación nos dice que el trabajo, dentro del capitalismo, se convierte en algo externo al trabajador, en algo que el trabajador ni controla, ni posee, ni le saca beneficio; el trabajo, dentro de las garras del capitalismo, es un trabajo esclavo, explotado, que causa infelicidad en el trabajador, y ello se demuestra, nos sigue diciendo Marx, porque si el trabajador no necesitara trabajar para sobrevivir no trabajaría. Por último, Marx lleva a cabo una relación entre trabajo y religión, ya que ambas actividades, en el seno del capitalismo, están alienadas; la religión insufla en el espíritu humano un conjunto de fantasías y mentiras que intentan aplacar los ánimos del proletariado e impedir su movilización, intenta sacarle de su objetivo, que debería ser cambiar la situación en la que se encuentra, y por ello, al igual que el trabajo, hace que el ser humano se sienta extrañado y carente de respuesta ante las adversidades que le abruman.

5-. Explicación del texto.

         Tal y como hemos visto en los puntos anteriores, el tema central de este texto es el concepto de alienación, concepto que a su vez Marx recoge de la filosofía hegeliana, aunque en el caso de Marx, no nos va a hablar de un Espíritu Absoluto que observa y maneja la historia desde afuera, sino de los males que conlleva cuando se aplica al ámbito ideológico, social y económico. Para Marx, las condiciones materiales en las que vive el proletariado son las peores posibles, ya que el burgués capitalista, dueño de las fuerzas productivas, explota al trabajador a cambio de un sueldo miserable, y con  ello enmascara el auténtico ser del trabajo; el trabajo, para Marx, dentro de un modo de producción diferente (el de la sociedad comunista), es una actividad con la que se identifica el trabajador y que le sirve para realizarse como persona, es una actividad en la que disfruta y colma sus necesidades; el trabajo debería ser algo agradable, algo que uno sabe hacer y que a través de dicha actividad colabora con el resto de la sociedad aportándoles algo. Por el contrario, el proletariado se encuentra alienado tanto con respecto al producto del trabajo, como al mismo trabajo, el trabajador ya no controla todo el proceso productivo, tal y como ocurría en otros modos de producción, sino que se ha convertido en un mero engranaje de una maquinaria monstruosa; al trabajador se le desposee del resultado de su trabajo a cambio de un sueldo que no se corresponde con su esfuerzo ni con lo que produce, generándose una plusvalía que queda en manos del capitalista; el trabajador se convierte en una marioneta en manos del capitalista, que maneja a su antojo ya que además de todo la poca oferta laboral hace que el burgués capitalista tenga la sartén por el mango, obligando a trabajar al proletario en condiciones infrahumanas, e incluso, podemos decir que el empresario siembra la insolidaridad entre el conjunto de los trabajadores, ya que nadie quiere perder su trabajo y no está dispuesto a apoyar a nadie que se subleve ante tanta injusticia y explotación. Para Marx, tal y como menciona al final del texto, la alienación económica no es la única, también nos encontramos con la alienación religiosa (y también la política) que intenta sacar al proletario del único objetivo que debería tener, es decir, unirse todos para empezar una revolución contra los capitalistas y una vez ganada empezar una nueva era, la sociedad comunista; en cambio, la religión actúa como somnífero, como “opio para el pueblo”, haciendo que el trabajador se intente olvidar de su situación de penuria y miseria, e inculcándole un montón de mentiras sobre una vida mejor después de la muerte, por tanto, igual que en el trabajo el proletario se siente extraño a dicha actividad, la religión también hace que el proletario se extraiga de su verdadera situación impidiéndole actuar. Para concluir, tan solo decir que toda alienación tendrá su punto y final con el triunfo de la revolución proletaria y la constitución de una sociedad comunista en la que no habrá clases sociales, ni Estado y en la que todos serán iguales.

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