Vistas de página en total

viernes, 31 de diciembre de 2010

CONTEXTO MEDIEVAL

CONTEXTOS FILOSÓFICOS:
2. FILOSOFÍA MEDIEVAL
En Europa, la Edad Media ocupa un dilatado periodo que transcurre desde la caída del ImperioRomano de Occidente en el 476 hasta el Renacimiento (siglo XV). Elpensamiento medieval es básicamente un pensamiento religioso en general y cristiano en particular, por lo que los hombres cultos de la época son clérigos y las cuestiones que se debaten tienen un marcado sesgo teológico.
Esto se explica porque el Cristianismo, en tanto religión, se introduce en la cultura occidental como una doctrina de salvación cuya verdad es la revelación fundada en la fe. Aunque en principio esto lo alejaba de la filosofía como indagación racional, la innovación más eficaz del Cristianismo consistió en asumir elementos filosóficos en un esfuerzo por racionalizar la creencia, los contenidos de fe. Esta racionalización parcial de la fe –excepto en la etapa última de declive de la Escolástica en el XIV- se
convirtió en la seña de identidad del pensamiento medieval y en la condición que posibilitó la formación de un pensamiento filosófico-religioso y cristiano heredero de la filosofía griega, sobre todo del platonismo, neoplatonismo, estoicismo y aristotelismo.
Suele dividirse la filosofía medieval cristiana en dos etapas: la PATRÍSTICA, hasta los siglos VIVII, de inspiración platónica y cuyo máximo representante es Agustín de Hipona; y la ESCOLÁSTICA, desde el VII al XIV, que tiene en la figura del aristotélico Tomás de Aquino a su autor más destacado. A su vez, dentro de cada una de estas etapas pueden diferenciarse diversas fases en la evolución intelectual: la Patrística se inicia con los Padres Apologetas (Justino, Clemente, Tertuliano), continúa en la Patrística Media con Agustín y Orígenes y finaliza en la figura del Pseudo- Dionisio; por su parte, la Escolástica transita desde los siglos iniciales de debilidad y escasa
originalidad filosófica –con excepción de Boecio o San Isidoro de Sevilla-, hasta el ocaso en el XIV, pasando por los grandes pensadores judíos de los siglos X al XII (Maimónides) y árabes (Avicena y el gran Averroes, responsable máximo de la incursión del aristotelismo en Occidente). El esplendor de la Escolástica se produce en el XIII, con aristotélicos de la orden de los Dominicos de la talla de Alberto Magno y Tomás de Aquino, conviviendo con el agustinismo practicado por franciscanos como S.
Buenaventura y con el averroísmo latino de la universidad de París surgido a raíz de los comentarios del filósofo árabe-cordobés Averroes a las obras de Aristóteles y cuyo representante más destacado fue Siger de Brabante.
Dadas las limitaciones de tiempo y espacio y teniendo en cuenta la amplitud temporal del pensamiento medieval y su diversidad de tendencias y cuestiones, nos centraremos en dos problemas que atraviesan todo el Medievo y que sirven de hilo conductor para recorrer la historia de la filosofía de la época que nos ocupa: las relaciones razón-fe y el valor epistemológico de los conceptos universales.
Respecto a la primera cuestión la solución más generalizada fue subordinar la razón a la fe y la filosofía a la teología, subordinación que alcanza su máxima expresión en Agustín de Hipona al no establecer una clara demarcación entre ambas esferas. El primer intento serio de separar fe y razón lo protagonizó Averroes y sus seguidores latinos desarrollando la teoría de la doble verdad, teoría que sostiene que sobre un mismo tema fe y razón pueden ofrecer respuestas distintas. Tomás se situó en una posición intermedia entre Agustín y el averroísmo: por un lado sostiene la imposibilidad de que fe y razón se contradigan dado que la verdad es única (si llegan a afirmaciones contradictorias el error está en la razón), por otro, proclama la autonomía de ambas tanto en algunos de sus contenidos como en sus métodos, aunque reconoce que existe una zona de intersección o contenidos comunes, es decir, de verdades que pueden descubrirse por ambos procedimientos –los preámbulos de la fe- y defiende la
necesaria cooperación entre fe y razón para el esclarecimiento de la verdad. Posteriormente, la ruptura definitiva del armonioso matrimonio fe-razón en el siglo XIV es la máxima expresión del declive de la escolástica y alcanza en la obra de Guillermo de Ockham su culminación al apostar por un claro fideísmo que trasladó al plano político abogando por la separación e independencia Iglesia-Estado, Papado-Imperio. El fideísmo pretendía depurar la fe separándola de agentes contaminantes como la razón y la filosofía. La fe se convirtió en la única fuente de conocimiento para conocer lasverdades sobrenaturales y la razón debía valerse por sí misma para alcanzar las verdades naturales. Esta separación, junto a la actitud empirista de Ockham y sus seguidores supuso la antesala del Renacimiento y sentó las bases de la posterior revolución científica al permitir una relativa libertad de investigación liberando a la razón de su sumisión a la fe y a la autoridad eclesiástica.
La segunda cuestión, la relativa a los conceptos universales –los que designan una multiplicidad de individuos, por ejemplo hombre, animal, árbol, vegetal, casa…-tiene su origen en un breve fragmento de una obra de Porfirio (s. III). En ese pasaje Porfirio plantea la posibilidad de que los universales no existan en la realidad, sino sólo en el entendimiento. Esta posición se aproxima a la defendida por los pensadores nominalistas del s. XIV con Ockham a la cabeza. Se pueden distinguir tres posiciones respecto a los universales en la Edad Media:
_ Realismo exagerado. Inspirado en Platón, consiste en otorgar valor ontológico a los universales o esencias –la definición del concepto expresa la esencia, de manera que el universal coincide con la esencia- afirmando que existen realmente en la mente de Dios y son anteriores a los singulares. Son las ideas o ejemplares eternos con los que Dios crea el mundo.
Esta es la postura de Agustín de Hipona (IV-V) y Guillermo de Champeaux (XI-XII).
_ Realismo moderado. Inspirado en Aristóteles, afirma que en la realidad existen singulares cuyas semejanzas capta el intelecto y elabora el concepto universal para designarlas. Eluniversal es así un concepto mental que surge por un proceso de abstracción. Esta es la tendencia de Tomás de Aquino al defender que el universal no es una palabra vacía(Roscelino), sino que existe en la mente como un concepto que se puede aplicar a muchos individuos porque, de alguna manera, está en los singulares y por eso el entendimiento puede abstraerlo. Para Tomás el universal está ante-re, antes de singular, en la mente de Dios (como Agustín); in-re, en el singular, expresa los rasgos comunes que se encuentran individualizados en todos los miembros de la misma especie, género, clase, … (como Aristóteles); y post-re, después del singular, es decir, en el entendimiento, después del proceso intelectivo de abstracción.
_ Nominalismo. Los conceptos universales no tienen valor ontológico, no designan nada real, pues en la realidad no existen más que singulares. Esta fue la posición iniciada por Roscelino (s. XI-XII) y continuada por Ockham –que suavizó la radicalidad del planteamiento de Roscelino al reconocer valor no ontológico pero sí epistemológico a los universales- y sus seguidores nominalistas del XIV.
Con Ockham la Escolástica llega a su epílogo. Tras él ya no surgen grandes figuras, sino seguidores, haciendo su aparición las escuelas: tomismo, escotismo y ockhamismo. Ante el tomismo y escotismo, que representaban la vía antigua, se impone el ockhamismo como vía moderna en la medida en que asume una actitud crítica respecto a la tradición escolástica, alumbrando así el Renacimiento y la Modernidad.