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jueves, 28 de octubre de 2010

EXPLICACIÓN DE LA REPÚBLICA DE PLATÓN

El pensamiento de Platón está profundamente orientado hacia la política y la ética. En sus obras más extensas, la República y las Leyes, Platón trata de recrear una utopía política en donde se realicen su ideal de conjugar ética y política.

    LA REPÚBLICA
    Platón considera que lo que persigue la ética es la felicidad del individuo mientras que la política persigue la felicidad del cuerpo político. Ya que la felicidad del hombre es el fin del estado debemos conocer qué es el hombre para fundar el estado, la política de Platón se basa así en una antropología.    En el hombre existen tres motivaciones que se corresponden a tres tipos de alma. En primer lugar el alma apetitiva que busca la satisfacción de los deseos como sexo, comida, etc. El alma irascible es en la que reside la agresividad y el deseo de lucha, generalmente está aliada al alma racional. Por último, el alma más importante, la racional, se identifica con nuestra inteligencia teorética y ética es decir, es aquella parte que construye argumentos y reflexiona sobre conceptos. La justicia para Platón es que la parte racional controle a la parte irracional y apetitiva con ayuda del alma irascible. Así la justicia queda definida como aquel estado de cosas en donde cada uno atiende a lo suyo y cumple su función. La justicia ética se produce cuando los apetitos son medidos y controlados por la inteligencia y los impulsos fogosos del alma irascible están igualmente supeditados al control de la razón. 
    Del mismo modo que existen tres almas en el hombre en el estado deben existir tres partes; el estado justo será aquel en el que sus partes cumplan sus funciones más armónica y estrictamente. La masa trabajadora se corresponde al alma apetitiva en el estado; el ejército se corresponde al alma irascible; y, por último, los filósofos son al estado lo que el alma racional es al individuo. La función de la clase filosófica es la de gobernar el estado, del mismo modo que el alma racional en el hombre justo debía controlar sus actos; los guardianes tienen como propósito defender el estado y auxiliar a los filósofos en la tarea de gobernar pero siempre estando a sus órdenes; finalmente, el pueblo trabajador tiene como función cumplir las órdenes que emanan de las otras clases superiores.
Los filósofos y guardianes carecen de propiedad privada y de familia, todo es de todos y todos los hijos se consideran comunes, así se evita la corrupción y el nepotismo. Hombres y mujeres tienen los mismos derechos y la posibilidad de llegar a gobernar la polis.
Es de vital importancia que los hijos de los guardianes y de los filósofos se eduquen mediante la gimnasia y la música; desde muy pequeño los niños aprenderán a coordinar sus movimientos a los ritmos agradables y suaves para que interioricen los principios de la armonía y el orden y para que además fortalezcan sus cuerpos haciéndolos ágiles para la lucha. En cuanto a la educación intelectual los primeros años de vida el guardián-filósofo los pasará estudiando matemáticas ya que esta disciplina permite familiarizarse con cosas inmutables y, además, despierta el intelecto. Poco después el joven estudiará astronomía para ser capaz de percibir la armonía que es la huella del demiurgo en el mundo físico. Por último, a los treinta años quienes hayan mostrado una mayor agudeza intelectual y fortaleza moral se les introducirá en el estudio de la dialéctica. La dialéctica es la disciplina que trata de conocer las cosas que son en sí es decir, en la metafísica platónica, las Formas; aquellos que avancen en el conocimiento de las Formas llegarán a la contemplación de la Forma suprema: la Forma de Bien. Aquellos que hayan experimentado el Bien serán los reyes-filósofos, en edad no menores a 50 años, mientras que todos aquellos que no hayan llegado a la total comprensión del Bien o carezcan de rasgos para evolucionar en su aprendizaje serán los que formen la casta de los guardianes.
    Este estado ideal es llamado por el autor “aristocracia”, cuando en este estado ideal los guardianes guerreros empiezan a ocupar la posición que le correspondía a los filósofos aparece el primer sistema político degenerado: la “timarquía” (gobierno de los militares) que degenera en “oligarquía” (gobierno de pocos) en donde la clase dirigente está compuesta ya no por los guerreros sino por aquellos que poseen las riquezas pero los pobres se alían entre sí y arrebatan el poder a los más ricos estableciendo en lo posible un sistema igualitario de participación política y la mayor libertad política posible. El problema según Platón de la democracia es que los ignorantes tienen tanto poder como los sabios y la multitud se cree experta en todos los temas. La democracia, finalmente, degenera en el sistema político más alejado del buen gobierno: la tiranía. En el estado democrático un demagogo se presenta como salvador de los pobres, tras conseguir el poder político necesita una guardia que le proteja de las agresiones de sus enemigos, con esta guardia y con la connivencia de otros aliados de la ciudad o extranjeros se hace con el poder absoluto.