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jueves, 12 de mayo de 2011

COM, PAEG

COMENTARIO DE TEXTO. SARTRE.
Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro lado, libre, porque una vez arrojado al mundo, es responsable de todo lo que hace. El existencialista no cree en el poder de la pasión. No pensará nunca que una bella pasión es un torrente devastador que conduce fatalmente al hombre a ciertos actos y que por consecuencia es una excusa; piensa que el hombre es responsable de su pasión. El existencialista tampoco pensará que el hombre puede encontrar socorro en un signo dado sobre la tierra que le orienta; porque piensa que el hombre descifra por sí mismo el signo como prefiere. Piensa, pues, que el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar el hombre (J. P. SARTRE, El existencialismo es un humanismo, Trad. V. Prati. Barcelona, Orbis, 1984, pp. 68-69).

1-. Sitúa al autor en su contexto.
Jean Paul Sartre es un filósofo francés de principios del s.XX; padre del existencialismo plantea la absoluta libertad del ser humano, que abocado un mundo totalmente indeterminado siente la angustia de la responsabilidad de elegir.
2-. Tema.
El hombre, al ser totalmente libre en sus decisiones, es responsable de sus actos, sin que pueda poner excusas ante las consecuencias de los mismos.
3-. Ideas principales.
-      El hombre está condenado a ser libre.
-      El hombre es responsable de sus actos, sea cual sea la intención y las consecuencias de los mismos.
-      Las pasiones, sentimientos e instintos no son una excusa o no se pueden poner como disculpa para explicar cierta decisión o actuación.
-      El ser humano no tiene ninguna guía externa que le diga lo que tiene que hacer o no, lo que debe elegir o no, ya que cualquier signo podría ser interpretado de mil maneras.
-      Por todo ello el hombre está arrojado al mundo sólo, en una absoluta libertad y responsabilidad.
4-. Relación entre ideas.

Sartre parte de una frase un tanto lapidaria, el hombre está sólo, sin excusas a la hora de dar cuentas de sus acciones. Es cierto, nos sigue diciendo Sartre, que el hombre es libre, absolutamente libre, pero lejos de ser una bendición es más bien algo angustiante ya que el hombre es responsable de todo lo que hace, de todas sus actuaciones, y no tiene excusas ante las consecuencias de dichas acciones, ya que, uno no puede excusarse ni en las pasiones, ni en los instintos, ni en signos externos mal interpretados; cada persona es libre y responsable de todos sus actos y de las consecuencias de los mismos, eso es lo que opina el existencialista, y por todo ello, el inventar cada día al hombre se transforma en algo angustiante, quizá en una pesadilla de la que no se puede despertar.
5-. Explicación de las ideas.
Libertad, este es el concepto sobre el que gira, no sólo este fragmento del ensayo que Sartre escribió en 1946 “El existencialismo es un humanismo”, sino el existencialismo en general. Para Sartre el ser humano está condenado a ser libre, no somos libres de dejar de ser libres. Una vez el hombre ha sido arrojado a la vida, se vuelve responsable de todo lo que hace, de su proyecto fundamental: su vida. No hay excusas, si se fracasa es que uno ha elegido fracasar. El hombre se elige, su libertad es incondicionada, y puede cambiar en cualquier momento su proyecto fundamental. Estamos perpetuamente amenazados por el poder escoger y por tanto por devenir distintos de lo que somos. No existen hechos accidentales, un acontecimiento social que surge repentinamente y me arrastra no viene de afuera; si yo soy movilizado en una guerra, esa guerra es mi guerra y yo la merezco, ya que, como diría Sartre, yo podría sustraerme de ella con el suicidio o con la deserción; si no me substraigo a ella, se puede decir que yo la he elegido, quizá por ser blando, por debilidad, porque prefiero otros valores a los de la paz, pero en todo caso es una elección. Los actos, las decisiones, las elecciones particulares, ponen a cada instante en cuestión la elección originaria, el proyecto fundamental que a su vez determina las voliciones y los actos particulares, como vemos una pescadilla que se muerde la cola. Ser responsable de lo que uno hace, es también ser responsable de los demás hombres, ya que la elección afecta a los demás así como a los valores que deben constituir la realidad. Por ello, ese sentimiento de angustia, del que nos habla Sartre, florece en nosotros, un sentimiento que nace por nuestra absoluta responsabilidad no sólo para con nosotros solos sino para con los demás.
No obstante, podemos decir que el existencialismo sartriano, en el fondo, es una doctrina optimista porque afirma que el destino del hombre está en el hombre mismo; no existen ni esencias, ni valores absolutos, ni normas que predispongan o guíen su hacerse, ni tampoco, límites de ese hacerse, un no-posible que delimite sus posibilidades.

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