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domingo, 27 de marzo de 2011

Modelo de contestación del texto de hume

MODELO DE CONTESTACIÓN

Autor: Hume (1711-1776) fue un filósofo empirista de la ilustración inglesa. Desarrolló
una actividad diplomática y se ocupo de una gran variedad de problemas: conocimiento,
ética y política, sobre los que ejerció su mirada crítica.
Tema: búsqueda de un principio universal que fundamente la moral.
Problema: ¿Cuál es el principio en el que se fundamentan las valoraciones morales?
Ideas:
1. Si un hombre llama a otro su enemigo está expresando sentimientos particulares.
2. Si lo denomina vicioso expresa sentimientos universales.
3. Los juicios morales exigen escoger un punto de vista común a todos.
4. Este punto de vista común es el sentimiento de humanidad.
Relación entre las ideas:
Se trata de un texto argumentativo donde la tesis que se defiende se expone al final
como conclusión. Para llegar hasta aquí se exponen dos ejemplos concretos de hablar de
los hombres y se distingue el que es moral del que no

Explicación de las ideas:
En este texto Hume reflexiona acerca de cómo y en qué debe fundamentarse la moral.
Este problema es propio de la época moderna. Hasta entonces la filosofía moral no fue
importante porque la religión era la que decidía sobre los deberes morales de los
hombres. Pero el pluralismo religioso, junto con la creciente complejidad de la sociedad
moderna, llevo a los hombres a no saber a qué atenerse y a tener que reflexionar sobre la
vida moral. Y esto es lo que hace el autor del texto.
Para ello, intenta hacernos ver que cuando hacemos valoraciones morales nos apartamos
de nuestra situación particular y hablamos en un lenguaje universal válido para todos los
hombres. El ejemplo que nos pone es que no es lo mismo decir que tal o cual hombre es mi
enemigo a afirmar que es una mala persona. En efecto, una persona puede ser buena pero
a pesar de eso ser enemigo mío, o puede ser malo pero no ser mi enemigo. Por lo tanto,
cuando juzgamos desde un punto de vista ético, lo que hacemos es abandonar nuestros
sentimientos personales adoptando un punto de vista más objetivo e imparcial;
renunciamos a la perspectiva particular de cada momento y adoptamos una perspectiva
que sea aplicable a cualesquiera que sean las circunstancias. Así accedemos a un
sentimiento común a toda la especie humana, el de humanidad, empatía o benevolencia
sobre el que se asientan los juicios morales. En nuestra naturaleza está que busquemos la
felicidad, de modo que alabamos a aquello que contribuye a ella, y reprobamos lo que
provoca nuestra desdicha. Un hombre será juzgado moralmente en virtud de su
aportación, no sólo a su propia felicidad, sino sobre todo a la felicidad de los demás. Por
eso, se nos dice en el texto que cuando decimos que un hombre es vicioso o depravado, lo
que realmente estamos expresando es que tiene cualidades cuyas consecuencias son
perjudiciales para la sociedad en su conjunto.
Existen, por lo tanto, sentimientos universales, que se dan en todos los hombres y sobre
los que basar nuestros juicios morales. Eso hace posible que exista un entendimiento y un
cierto acuerdo en lo que se refiere a cuestiones morales, y sea posible elaborar una ética
universal que escape al relativismo moral, basado en intereses particulares y
sentimientos egoístas.

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