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jueves, 18 de noviembre de 2010
domingo, 14 de noviembre de 2010
PRESENTACIÓN DE ARISTÓTELES
FILOSOFÍA HELENÍSTICA
ÉPOCA HELENÍSTICA
La crisis del mundo griego abarca desde la muerte de Alejandro Magno en el 323 a .C. hasta que los romanos convierten Macedonia (región en donde nació Aristóteles) en provincia romana (148). A este período se lo conoce como época helenística.
Las polis griegas pierden su independencia en favor del ideal panhelénico la (identidad política y cultural de todos los griegos, sin distinción de ciudadanía concreta: ateniense, espartano, macedonio... ahora todos son griegos). Atenas pierde su hegemonía cultural, comercial y política. Se acentúan las diferencias entre las clases sociales, dando lugar a una inestabilidad política permanente. Como consecuencia de ello el individuo pierde el marco de referencia de la polis (el terruño) y se siente perdido en un mundo que se ha hecho demasiado grande y extranjero.
La nueva situación permite comprender los rasgos de la filosofía de época helenística.
Según Aristóteles, el hombre era un animal político, que se desarrollaba plenamente en el marco de la ciudad-Estado (polis). En la nueva situación política, el hombre es ciudadano del mundo, y su marco de referencia es la humanidad y la naturaleza. El individuo reclama para sí la autosuficiencia y la autonomía, tal como postulan los estoicos, epicúreos y cínicos entre otros.
La búsqueda de seguridad personal y felicidad se convierten en las grandes obsesiones del hombre helénico. La seguridad se busca en referencia a las leyes inalterables de la naturaleza y el Cosmos (estoicos: para ser felices debemos obedecer las leyes naturales, porque las leyes políticas cambian constantemente y el hombre no sabe qué hacer). La ética se hace naturalista y universalista.
La filosofía, que hasta Aristóteles tenía como fin principal la búsqueda del conocimiento teórico, empieza a centrarse en labúsqueda de soluciones prácticas a los problemas de desarraigo del hombre tras la pérdida del horizonte de la polis.
Las principales escuelas filosóficas de este período son: estoicismo (Zenón y Séneca); Hedonismo (Epicuro); Escepticismo (Pirrón); platonismo y neoplatonismo.
Con la conquista de Grecia por las legiones romanas en el s II a. C. la cultura griega sufre un auténtico colapso y el centro de gravedad cultural se traslada a Roma, en la que el estoicismo es la escuela más influyente, ya que su cosmopolitismo y su doctrina del orden racional del universo servían muy bien como base ideológica del Imperio.
Fundado por Zenón de Kitión (Chipre, 336- 264 a .C.) quien abrió en 306 su escuela en Atenas, en un lugar llamado Stóa poikilé(Pórtico pintado, de ahí el nombre de estoicismo). La doctrina estoica fue sistematizada por Crisipo (280-210), uno de sus discípulos. El estoicismo se extiende desde la época helenística hasta casi a finales del imperio romano.
El estoicismo medio comienza cuando Zenón de Tarso sucede a Crisipo. A partir del 135 el estoicismo penetró en Roma e influyó en importantes personajes como Escipiano, Pompeyo y Cicerón.
El estoicismo de la época imperial tuvo como figuras destacadas al cordobés Séneca (4a.C.-65 d.C.), tutor de Nerón;Epicteto (50-130) y Marco Aurelio (121-180). Son autores fundamentalmente interesados en los temas morales. Es en las obras de estos últimos donde encontramos las doctrinas estoicas de toda la escuela, junto con textos de Cicerón, Plutarco, Diógenes Laercio y otros. Aunque el estoicismo utiliza muchos materiales procedentes de filósofos anteriores (Heráclito, Platón, Aristóteles, los cínicos...) también aporta muchos elementos originales. Dio lugar a una síntesis nueva, muy sistemática y coherente, cuya influencia se mantuvo durante muchos siglos. Volvió a ponerse de moda en los siglos XVI y XVII en Europa, influyendo en Descartes, Kant y Hegel, por ejemplo.
Se inspira sobre todo en Heráclito. Habla del mundo como un todo unitario (monismo) y armonioso, regido por la necesidad inflexible de la ley universal (determinismo). El orden natural será así el único refugio capaz de proporcionar racionalidad en un marco social caótico.
En vez de hablar de cuatro causas como Aristóteles, propusieron sólo dos principios: la materia (pasivo) y el lógos universal (activo, de naturaleza corpórea, no inmaterial). Sólo lo que tiene cuerpo (lo material) es real. El estoicismo es una doctrina estrictamente materialista. La materia carece de cualidades y es pasiva. Al principio activo -Razón universal- le llaman Dios. El universo es un todo animado y divino (panteísmo). Todos los acontecimientos están férreamente determinados por una cadena causal inexorable. A esa necesidad que rige el cosmos le llaman los estoicos «destino» o «providencia». Es un orden necesario, pero totalmente racional.
El mundo es un ser animado y armonioso, que posee vida propia. Tiene un ciclo vital que termina con una gran conflagración universal, envuelto en fuego, tras la cual todo vuelve a comenzar de nuevo. Cada ciclo posterior repite exactamente el anterior: habrá un nuevo Sócrates y un nuevo Platón, y cada uno tendrá los mismos amigos y conciudadanos.
Sólo existen individuos concretos, todos diferentes. A cada individuo le caracteriza una tensión interior, una estructura o manera de ser irrepetible. Lo universal carece de realidad. Pero todos los individuos están ligados entre sí, y el mundo es una gigantesca armonía de correlaciones e interdependencias.
Una misma ley lo rige todo. Los estoicos aportaron el concepto de “ley natural” y de “providencia”. Para quien acepta este concepto no tiene sentido hablar de mal en el mundo: nada de lo que sucede puede ser un «mal», aunque lo parezca. Puede que para considerarlo un bien haya que contemplarlo con más perspectiva, pero con la suficiente distancia histórica incluso lo que ahora parece mal veremos que apunta hacia un bien. Los neoplatónicos, S. Agustín, los escolásticos y Leibniz e incluso Hegel, como ya veremos, volverán sobre este asunto afirmando algo parecido.
Para los estoicos, el ser humano es una parte del universo sometido al mismo orden que las restantes cosas del cosmos. Elalma humana es corpórea, mortal y procede de los padres.
En contra de Platón y de acuerdo con Aristóteles, los estoicos afirman que la única fuente de conocimiento son los sentidos (empirismo) y que la representación sensible es una copia de la realidad (realismo ingenuo). Sólo las representaciones «claras y distintas» (Diógenes Laercio) nos garantizan un conocimiento verdadero.
Constituye el núcleo fuerte de la doctrina estoica. Mientras la Física enseña a conocer la Naturaleza , la Ética enseña a vivir de acuerdo con la naturaleza.
«El fin supremo del hombre es vivir conforme a la naturaleza, que es lo mismo que vivir según la virtud, ya que la naturaleza nos conduce a la virtud. [...] La virtud del hombre feliz y el buen orden de la vida nacen de la armonía del genio propio de cada uno con la voluntad del que todo lo gobierna. Diógenes dice expresamente que el fin supremo consiste en obrar con prudencia en la elección de las cosas conformes a la naturaleza. [...] La virtud es una disposición del ánimo conforme a la razón y elegible por sí misma, no por medio o deseo de algún bien exterior. En ella consiste la felicidad...» (Diógenes Laercio, VII, 85-90).
El bien moral del ser humano, por lo tanto, consiste en vivir de acuerdo con la Naturaleza global y con la propia naturaleza (que es una parte de la primera). Esto equivale a vivir de acuerdo con la razón, porque así descubrimos la Razón universal que rige todo el orden natural. Es sinónimo de vivir en armonía con el conjunto del universo. Hacer lo que exige la razón no es otra cosa que realizar el deber. Kant será quien mejor articule filosóficamente esta ética de la razón y el deber.
La virtud es la disposición permanente a vivir de acuerdo con la razón y el deber. Para los estoicos la virtud no admite grados: o se es virtuoso o no; y quien tiene una virtud las tiene todas.
Toda tendencia natural es buena, porque la propia naturaleza es norma de conducta. Cuando la naturaleza humana se desvía, entonces surge la pasión (páthos), que Zenón define como una conmoción del alma contraria a la recta razón y a la Naturaleza. Cicerón la entiende como «una tendencia demasiado vehemente, que se aleja del equilibrio natural. Crisipo señaló cuatro pasiones básicas: dolor (ante un mal presente), temor (ante un mal futuro), placer (ante un bien presente) y deseo sensual (ante un bien futuro). Ante la pasión, el deber exige autodominio (apátheia = impasibilidad). Los estoicos entendían la pasión sobre todo como un error del juicio, que nace de una falsa opinión. Proponían un estadio de imperturbabilidad, de serenidad intelectual, conocido comoataraxía. En palabras de Epicteto: «No te dejes dominar por la imaginación. Si aguardas y te contienes, serás más fácilmente dueño de ti mismo».
Para los estoicos, el sabio (sophós) es el que vive según la razón y está libre de pasiones. Pero lo consideraban un ideal prácticamente inalcanzable, al que sólo Sócrates, Antístenes y Diógenes se aproximaron. Para facilitar la aproximación, al menos, a ese ideal del sabio desarrollaron los estoicos una teoría de las conductas convenientes, o deberes de aquellos que no han alcanzado la sabiduría y tienen que contentarse con una virtud menos excelente. La libertad consiste en el sometimiento y aceptación de la necesidad, en la abstinencia absoluta ante las pasiones y los placeres. Es libre quien no es esclavo de sus pasiones.
Epicuro fue uno de los grandes filósofos de la antigüedad, aunque sus ideas fueron poco o mal comprendidas fuera de su círculo de discípulos y apenas se han conservado fragmentos de sus más de cincuenta obras (las conocemos a través de Diógenes Laercio, Cicerón y Séneca). Fuera de Roma, el epicureismo tuvo uno de sus más ilustres representantes en Lucrecio, autor del poema filosófico De rerum natura. El epicureísmo alcanzó su máxima difusión durante los primeros siglos del cristianismo, atrayendo enormemente a pensadores como San Agustín. Después fue cayendo paulatinamente en el olvido, rodeado de malentendidos. Sólo en el s. XVII se volverían a poner de moda algunas de sus ideas, a través de Pedro Gassendi (1592-1655).
El epicureísmo tenía una finalidad claramente práctica: los epicúreos entendían la filosofía como una medicina del alma. La filosofía no se estudiaba para adquirir cultura, sino para ser feliz.
La física epicúrea se inspira en Demócrito y es materialista. Los dos principios básicos en esta física son:
“Nada nace de la nada” y
“El Todo consiste en átomos y vacío, y es infinito”.
Los cuerpos son sistemas de átomos. El número de átomos es infinito, como lo es el espacio vacío, por lo que admitían la posibilidad de que existiera un número también infinito de mundos como el nuestro, que nacen y perecen, aunque el conjunto del universo es eterno e imperecedero.
Los átomos sólo tienen dos propiedades: tamaño (variable, pero siempre invisibles e indivisibles) y peso. Se mueven en el vacío por su peso, aunque entre ellos pueden producirse choques y desviarse de su trayectoria, por lo que resulta muy difícil predecir su posición. Su doctrina, por lo tanto, es menos determinista que la de Demócrito, pero sigue siendo mecanicista: nada en la naturaleza sucede en orden a un fin. Todo es causa del movimiento al azar de los átomos, sin que haya intervención divina alguna en el origen o funcionamiento de los mundos. Los cuerpos, resultado de la agregación de átomos, poseen cualidades reales(color, textura, etc.), resultado de su estructura atómica.
El alma es material y mortal. Es un agregado de átomos muy sutiles que se extiende por todo el cuerpo. La percepciónsensible, al igual que en Demócrito de Abdera, se reduce al tacto (percibir es entrar en contacto con una emanación de átomos por parte del objeto que percibimos) y el pensamiento es una especie de sensación reflexiva producida por la superposición de sensaciones inmediatas. El alma sigue al cuerpo en su destino, y por eso es mortal.
Epicuro admite la existencia de los dioses; los considera seres inmortales y antropomorfos, que viven en los espacios intermundanos, felices y sin intervenir en absoluto en la marcha del mundo. Para Epicuro, blasfemar no es negar que los dioses existan, sino aceptar los caracteres que la gente común les atribuye. Todas las teorías de Epicuro tienen una intención ética. Intentaba eliminar los mitos y las supersticiones para conseguir que los hombres pudieran vivir felices y sin miedo. Por eso polemizó contra la religión popular y la teología astral de Platón. Negaba que la Naturaleza tuviese carácter «divino» o que hubiera sido creada por los dioses para provecho del ser humano. No creía que los dioses pudieran intervenir en los acontecimientos naturales. Consideraba que los fenómenos de la naturaleza podían ser explicados por causas naturales, más verosímiles y aceptables que los mitos. Afirmó que los dioses no tienen por qué inspirar miedo: «es absurdo pensar que seres tan perfectos y felices puedan experimentar sentimientos de ira o venganza. Y nada hay detrás de la muerte: el alma se disipa con el cuerpo y no debe sentirse amenazada por los horrores de ultratumba».
Respecto al conocimiento, Epicuro sólo considera reales las cosas que pueden ser captadas por los sentidos,” única forma válida de conocimiento de ahí que designemos su gnoseología como “sensista. Se hicieron famosos sus tres criterios de verdad:
1. La sensación: Es una especie de contacto directo con los objetos o cuerpos que percibimos, pues mediante los sentidos captamos los átomos que proceden de los objetos exteriores. Siempre es verdadera y posee una evidencia absoluta. El error no procede de la sensación, sino del juicio sobre la sensación, que puede ser corregido por sensaciones posteriores.
2. La anticipación: Es una especie de imagen general producida por la acumulación de sensaciones semejantes. Podemos evocarla mediante las palabras, para anticipar así objetos lejanos o futuros. Para ser verdadera, la anticipación debe estar confirmada por la sensación, aunque algunas expresiones sugieren que podía incluir anticipaciones de cosas bastante alejadas de la sensación («proyecciones»).
3. La afección: Placer y dolor son las respuestas inmediatas del cuerpo a la sensación, y por eso fiables.
Las ideas de Epicuro fueron mal comprendidas por diversos motivos, entre ellos la ambigüedad inherente al término «hedoné», cuya mejor traducción sería «gozo», en lugar de «placer», puesto que Epicuro no entendía por placer sólo el meramente corporal. Cuando afirmaba que «la raíz de todo bien es el placer del vientre» (fr. 409), simplemente daba a entender que las necesidades básicas deben estar mínimamente cubiertas. En otros fragmentos parece identificar el placer con la ausencia de dolor. Y cuando afirma: «Salto de gozo alimentándome de pan y agua» mostraba su verdadera actitud, consistente en saber gozar de lo que es natural y moderado, sin pretender ir más allá.
Epicuro distingue entre placeres naturales y necesarios, placeres naturales pero no necesarios, y placeres que no son ni naturales ni necesarios. Pensaba que sólo los primeros hacen realmente feliz a un ser humano, y que las personas prudentes intentan escapar de los demás. Con estos matices a sus ideas Epicuro se opone a doctrinas hedonistas como la de Aristipo de Cirene, quien proponía buscar placeres «en movimiento», activos, y que no consideraba placer la mera ausencia de dolor. Pero Aristipo ya sufrió las críticas de Platón y Aristóteles -consideraban placeres supremos los intelectuales, propios del alma- y Epicuro no quiso merecer los mismos reproches.
Epicuro habla de un nuevo hedonismo: la felicidad está en los placeres -goces- del cuerpo, siempre que sean naturales, moderados y sin excesos, disfrutados con serenidad. También da mucha importancia a los placeres del alma (la amistad y los recuerdos agradables, p.ej.), e incluso afirma que pueden ser superiores a los del cuerpo, porque los corporales sólo se disfrutan en el presente, mientras que los del alma abarcan el pasado, el presente y el futuro.
Epicuro tiene una concepción del «sabio» muy distinta de la que tienen los estoicos: "sabio" no es quien se abstiene de todo placer, sino el que sabe gozar moderadamente de lo natural y necesario. Prefería la soledad o la compañía de unos pocos amigos íntimos en lugar del ambiente cosmopolita que los estoicos consideraban ideal para desenvolverse. Entendía que los procesos naturales no estaban sometidos a un determinismo férreo, como pensaban los mecanicistas, porque los átomos se mueven libremente en el vacío y esta ausencia de necesidad hace posible que cada persona pueda ser dueña de su destino. No temía a la muerte ni vivía angustiado pensando en el final de la vida. Creía que los dioses no intervienen en la vida humana y que por esa razón era absurdo pensar en la posibilidad de un castigo presente o futuro, resultado de la cólera divina.
Pirrón de Elis (360-270) fundó una escuela que tuvo escasa duración pero que dio origen a una corriente de pensamiento, el escepticismo, representativa de muchas posiciones y planteamientos posteriores en filosofía. Aunque ya en los sofistas había pensadores típicamente escépticos -Gorgias, por ejemplo-, fue Pirrón quien asumió el escepticismo como posición filosófica radical. Se oponía así a los filósofos que él consideraba “dogmáticos”, aquellos que se creían seguros de haber encontrado la verdad, porque él entendía la filosofía como una búsqueda o indagación (sképsis) continua, que nunca termina, porque la búsqueda filosófica es una lucha permanente.
Pirrón atribuye a nuestras sensaciones sólo un valor relativo (sólo nos muestran el modo como “aparecen” las cosas ante nuestros sentidos, pero no las cosas tal como son en sí mismas. Todas nuestras opiniones se basan en la tradición y son convencionales. Por eso no hay razones para considerar a una más verdadera que su contraria. La única actitud sensata seríasuspender el juicio (epojé) y no decir nada (aphasía). Desde esta concepción de la verdad, Pirrón propone una ética de la imperturbabilidad (ataraxía): ya que no podemos saber nada con certeza acerca de las cosas del mundo, lo apropiado esmantener una absoluta indiferencia ante las cosas, para que ninguna percepción o vana opinión perturbe nuestro ánimo. Intentando responder a los mismos problemas que afrontó el estoicismo y el epicureísmo, Pirrón propuso que sólo el escéptico puede ser feliz y substraerse a las angustias de la vida.
martes, 9 de noviembre de 2010
VIDEO ARISTÓTELES
Aproximación histórica y filosófica a la figura de Aristóteles, su relación con Alejandro Magno y con Platón.
(publicaciones en http://jesuspalomar.bubok.com/ )
(publicaciones en http://jesuspalomar.bubok.com/
INTENTAD BUSCAR EL VIDEO PINCHANDO EN INTRODUCCIÓN A ARISTÓTELES
jueves, 4 de noviembre de 2010
jueves, 28 de octubre de 2010
EXPLICACIÓN DE LA REPÚBLICA DE PLATÓN
El pensamiento de Platón está profundamente orientado hacia la política y la ética. En sus obras más extensas, la República y las Leyes, Platón trata de recrear una utopía política en donde se realicen su ideal de conjugar ética y política.
LA REPÚBLICA
Platón considera que lo que persigue la ética es la felicidad del individuo mientras que la política persigue la felicidad del cuerpo político. Ya que la felicidad del hombre es el fin del estado debemos conocer qué es el hombre para fundar el estado, la política de Platón se basa así en una antropología. En el hombre existen tres motivaciones que se corresponden a tres tipos de alma. En primer lugar el alma apetitiva que busca la satisfacción de los deseos como sexo, comida, etc. El alma irascible es en la que reside la agresividad y el deseo de lucha, generalmente está aliada al alma racional. Por último, el alma más importante, la racional, se identifica con nuestra inteligencia teorética y ética es decir, es aquella parte que construye argumentos y reflexiona sobre conceptos. La justicia para Platón es que la parte racional controle a la parte irracional y apetitiva con ayuda del alma irascible. Así la justicia queda definida como aquel estado de cosas en donde cada uno atiende a lo suyo y cumple su función. La justicia ética se produce cuando los apetitos son medidos y controlados por la inteligencia y los impulsos fogosos del alma irascible están igualmente supeditados al control de la razón.
Del mismo modo que existen tres almas en el hombre en el estado deben existir tres partes; el estado justo será aquel en el que sus partes cumplan sus funciones más armónica y estrictamente. La masa trabajadora se corresponde al alma apetitiva en el estado; el ejército se corresponde al alma irascible; y, por último, los filósofos son al estado lo que el alma racional es al individuo. La función de la clase filosófica es la de gobernar el estado, del mismo modo que el alma racional en el hombre justo debía controlar sus actos; los guardianes tienen como propósito defender el estado y auxiliar a los filósofos en la tarea de gobernar pero siempre estando a sus órdenes; finalmente, el pueblo trabajador tiene como función cumplir las órdenes que emanan de las otras clases superiores.
Los filósofos y guardianes carecen de propiedad privada y de familia, todo es de todos y todos los hijos se consideran comunes, así se evita la corrupción y el nepotismo. Hombres y mujeres tienen los mismos derechos y la posibilidad de llegar a gobernar la polis.
Es de vital importancia que los hijos de los guardianes y de los filósofos se eduquen mediante la gimnasia y la música; desde muy pequeño los niños aprenderán a coordinar sus movimientos a los ritmos agradables y suaves para que interioricen los principios de la armonía y el orden y para que además fortalezcan sus cuerpos haciéndolos ágiles para la lucha. En cuanto a la educación intelectual los primeros años de vida el guardián-filósofo los pasará estudiando matemáticas ya que esta disciplina permite familiarizarse con cosas inmutables y, además, despierta el intelecto. Poco después el joven estudiará astronomía para ser capaz de percibir la armonía que es la huella del demiurgo en el mundo físico. Por último, a los treinta años quienes hayan mostrado una mayor agudeza intelectual y fortaleza moral se les introducirá en el estudio de la dialéctica. La dialéctica es la disciplina que trata de conocer las cosas que son en sí es decir, en la metafísica platónica, las Formas; aquellos que avancen en el conocimiento de las Formas llegarán a la contemplación de la Forma suprema: la Forma de Bien. Aquellos que hayan experimentado el Bien serán los reyes-filósofos, en edad no menores a 50 años, mientras que todos aquellos que no hayan llegado a la total comprensión del Bien o carezcan de rasgos para evolucionar en su aprendizaje serán los que formen la casta de los guardianes.
Este estado ideal es llamado por el autor “aristocracia”, cuando en este estado ideal los guardianes guerreros empiezan a ocupar la posición que le correspondía a los filósofos aparece el primer sistema político degenerado: la “timarquía” (gobierno de los militares) que degenera en “oligarquía” (gobierno de pocos) en donde la clase dirigente está compuesta ya no por los guerreros sino por aquellos que poseen las riquezas pero los pobres se alían entre sí y arrebatan el poder a los más ricos estableciendo en lo posible un sistema igualitario de participación política y la mayor libertad política posible. El problema según Platón de la democracia es que los ignorantes tienen tanto poder como los sabios y la multitud se cree experta en todos los temas. La democracia, finalmente, degenera en el sistema político más alejado del buen gobierno: la tiranía. En el estado democrático un demagogo se presenta como salvador de los pobres, tras conseguir el poder político necesita una guardia que le proteja de las agresiones de sus enemigos, con esta guardia y con la connivencia de otros aliados de la ciudad o extranjeros se hace con el poder absoluto.
LA REPÚBLICA
Platón considera que lo que persigue la ética es la felicidad del individuo mientras que la política persigue la felicidad del cuerpo político. Ya que la felicidad del hombre es el fin del estado debemos conocer qué es el hombre para fundar el estado, la política de Platón se basa así en una antropología. En el hombre existen tres motivaciones que se corresponden a tres tipos de alma. En primer lugar el alma apetitiva que busca la satisfacción de los deseos como sexo, comida, etc. El alma irascible es en la que reside la agresividad y el deseo de lucha, generalmente está aliada al alma racional. Por último, el alma más importante, la racional, se identifica con nuestra inteligencia teorética y ética es decir, es aquella parte que construye argumentos y reflexiona sobre conceptos. La justicia para Platón es que la parte racional controle a la parte irracional y apetitiva con ayuda del alma irascible. Así la justicia queda definida como aquel estado de cosas en donde cada uno atiende a lo suyo y cumple su función. La justicia ética se produce cuando los apetitos son medidos y controlados por la inteligencia y los impulsos fogosos del alma irascible están igualmente supeditados al control de la razón.
Del mismo modo que existen tres almas en el hombre en el estado deben existir tres partes; el estado justo será aquel en el que sus partes cumplan sus funciones más armónica y estrictamente. La masa trabajadora se corresponde al alma apetitiva en el estado; el ejército se corresponde al alma irascible; y, por último, los filósofos son al estado lo que el alma racional es al individuo. La función de la clase filosófica es la de gobernar el estado, del mismo modo que el alma racional en el hombre justo debía controlar sus actos; los guardianes tienen como propósito defender el estado y auxiliar a los filósofos en la tarea de gobernar pero siempre estando a sus órdenes; finalmente, el pueblo trabajador tiene como función cumplir las órdenes que emanan de las otras clases superiores.
Los filósofos y guardianes carecen de propiedad privada y de familia, todo es de todos y todos los hijos se consideran comunes, así se evita la corrupción y el nepotismo. Hombres y mujeres tienen los mismos derechos y la posibilidad de llegar a gobernar la polis.
Es de vital importancia que los hijos de los guardianes y de los filósofos se eduquen mediante la gimnasia y la música; desde muy pequeño los niños aprenderán a coordinar sus movimientos a los ritmos agradables y suaves para que interioricen los principios de la armonía y el orden y para que además fortalezcan sus cuerpos haciéndolos ágiles para la lucha. En cuanto a la educación intelectual los primeros años de vida el guardián-filósofo los pasará estudiando matemáticas ya que esta disciplina permite familiarizarse con cosas inmutables y, además, despierta el intelecto. Poco después el joven estudiará astronomía para ser capaz de percibir la armonía que es la huella del demiurgo en el mundo físico. Por último, a los treinta años quienes hayan mostrado una mayor agudeza intelectual y fortaleza moral se les introducirá en el estudio de la dialéctica. La dialéctica es la disciplina que trata de conocer las cosas que son en sí es decir, en la metafísica platónica, las Formas; aquellos que avancen en el conocimiento de las Formas llegarán a la contemplación de la Forma suprema: la Forma de Bien. Aquellos que hayan experimentado el Bien serán los reyes-filósofos, en edad no menores a 50 años, mientras que todos aquellos que no hayan llegado a la total comprensión del Bien o carezcan de rasgos para evolucionar en su aprendizaje serán los que formen la casta de los guardianes.
Este estado ideal es llamado por el autor “aristocracia”, cuando en este estado ideal los guardianes guerreros empiezan a ocupar la posición que le correspondía a los filósofos aparece el primer sistema político degenerado: la “timarquía” (gobierno de los militares) que degenera en “oligarquía” (gobierno de pocos) en donde la clase dirigente está compuesta ya no por los guerreros sino por aquellos que poseen las riquezas pero los pobres se alían entre sí y arrebatan el poder a los más ricos estableciendo en lo posible un sistema igualitario de participación política y la mayor libertad política posible. El problema según Platón de la democracia es que los ignorantes tienen tanto poder como los sabios y la multitud se cree experta en todos los temas. La democracia, finalmente, degenera en el sistema político más alejado del buen gobierno: la tiranía. En el estado democrático un demagogo se presenta como salvador de los pobres, tras conseguir el poder político necesita una guardia que le proteja de las agresiones de sus enemigos, con esta guardia y con la connivencia de otros aliados de la ciudad o extranjeros se hace con el poder absoluto.
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